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Kit de supervivencia nostálgica...                         


 

Con esto de la cena Aniversario, me he puesto nostálgico y he intentado buscar en el baúl de los recuerdos…
 
Y he empezado a recordar cosas que creía olvidadas.
 
Iba a Párvulos A con la señorita Charo. Cada uno teníamos una carpeta marrón, grande a la que le habían puesto una pegatina diferente para que la reconociéramos y donde supuestamente metíamos nuestros trabajos. Supongo que haríamos muchas cosas, pero en especial recuerdo el punzón y la esponjilla azul sobre la que pinchando, silueteábamos una figura en papel charol. O una especie de fichas de plástico amarillas a modo de cartas, con letras (cogidas en fajos con una goma) que nos dejaban cuando terminábamos nuestras tareas (yo por cierto, las toqué poco).
 
Los columpios-barquillas eran de tubos de acero y el suelo no estaba acolchado. Menudos golpes, pero para arreglarlo estaba Gonzalo el conserje, con su algodón, alcohol, agua oxigenada y la mercromina que no la quitaba ni el mejor detergente.
 
Y cuando te asomabas por los cipreses, hacia “la Flota” sólo se veía huerto (como todavía no se podía ver en esta foto de la página de la promoción del 77). Y es que aquello parecía que estaba en mitad de ningún sitio. Y entre los cipreses, multitud de trocitos de “Lapiz-hito” con su sección hexagonal (los papás de los plastidecor).
 
Tiempo después ya pudimos disfrutar del patio de los mayores… Un enorme patio sembrado de multitud de porterías de fútbol donde simultáneamente se celebraban tropecientos partidos. Raro era el día donde no te llevabas un balonazo en la cabeza o tu bocadillo salía despedido por el mismo motivo.
 
Y el suelo… En principio era de tierra, y había que ver cómo se ponía cuando llovía. Todos permanecíamos apiñados en el porche hasta que los papis iban llegando con sus coches a recogernos. Qué alegría me daba ver llegar aquel Renault 4L blanco… Luego lo asfaltaron, y nosotros nos encargamos de irlo tapizando con la piel de nuestras rodillas…
 
Yo era de los que me quedaba a comedor. Hasta que llegaba la hora de la comida nos metían en alguna clase a trabajar, aprender “la salve”… Recuerdo una habitación (en el mismo ala de la capilla) donde había unos animales taxidermizados que metían miedo. Ya en el comedor, entre los cuatro de cada mesa, por 5 pesetas nos ponían una botella de casera y comíamos como marqueses. Y para la merienda, el panecillo y la chocolatina (la campana de Elgorriaga) o la minitarrinilla de nocilla (qué merendilla).
 
Y los bocadillos de aceite y mayonesa de la cantina…
 
Y en la piscina (vaya lujo) a primera hora. Tras cambiarnos en el vestuario, teníamos que esperar en una pequeña habitación con los pies en remojo hasta que estuviéramos todos, -helándonos de frío-. De ahí pasábamos a la piscina, donde “el Campillo” nos tenía la mitad de la clase calentando, moviendo los brazos como molinos (aquello tuvo que tener su razón de ser, porque nadie murió ahogado). El último día de cada evaluación nos dejaba un balón y todos más felices que un tonto, tirándonos “a bomba”.
 
Más tarde, en gimnasia (porque antes se llamaba así) estaba “el Conesa”. Un tipo que ponía ceros con la misma facilidad que se comía un chuletón. Y con unos abdominales impresionantes (esto lo supongo, porque al estar debajo de una barriga enorme, no se le veían). Con su plinto, su potro y su caballo, el cuadro sueco, las subidas y bajadas de escaleras y las flexiones y abdominales que como no podía hacerlas él, de ejemplo siempre nos pillaba a alguno de nosotros.
 
En 4º (Educación General Básica, no confundir con “esto, E.S.O. y aquello”), don Antonio, con su traje y su chasca, nos ponía alegremente en corro y empezaba a disparar… “verbo andar: presente de subjuntivo, chas chas, pretérito imperfecto, chas chas, pretérito pluscuamperfecto, chas chas, imperativo, chas, adelante posición”, y nos colocábamos detrás del compañero que tenía la tablilla con el número de aciertos correspondiente. Y luego nos preguntaba los aciertos. Cuando alguien respondió “media”, su respuesta fue: “las medias para las mujeres. Ceeeero”. Por cierto, si alguien se quiere entretener con algo de lengua de la época, aquí tiene esto.
 
Y el taller de Pretecnología, donde podíamos hacer un cortocircuito en menos que cantaba un gallo, simplemente conectando al revés de cómo nos decían, los cables del circuito con su bombilla y conectado a la red de 220 V (¿o todavía era 110 V?).
 
También recuerdo un pedazo de mural, compuesto por multitud de cartulinas que dibujamos entre alumnos de todas las clases con la imagen del Beato Marcelino Champagnat en la fiesta de su aniversario y que colocaron en la fachada principal.
 
Supongo que todavía puedo recordar esto porque antes todo era en blanco y negro y los vídeos no existían, de manera que estos ficheros deben ocupar muy poco en mi disco duro y por lo visto, nunca he tenido la necesidad de borrarlos. Supongo que es una suerte poder recordar estas cosas cuando ahora mismo no me acuerdo de lo que comí ayer (cosas de este señor alemán llamado Alzheimer…).
 
En cualquier caso, ha sido un placer redactar este artículo. Os recomiendo que hagáis lo mismo. Seguro que también disfrutaréis recordando esta bonita y por desgracia lejana etapa de nuestra vida.
 
Eduardo Pardillo Guerrero.
edupard2000@yahoo.es
 

 

En este paquete os mando las actividades complemetarias…

 

Por un lado los famosos test psicopedagógicos con los que nos levantaban el ánimo en la primera hoja y nos hundían en la miseria en la siguiente como respuesta ante las mismas preguntas.

 

En la circular pone que eran voluntarias y se realizaban en 1º, 5º y 8º de EGB. Yo debo tenerlos todos por ahí. Os mando uno de 2º de BUP porque salgo bastante bien parado…

 

 

También os adjunto una parte del reconocimiento médico (Ficha de Revisión Médico Escolar) que nos hicieron en 5º (1976). El informe consta de 7 hojas y no se si será de vuestro interés. Mando lo más representativo, la portada y donde aparezco mostrando alegremente el pecho desnudo y transparente como homenaje a interviú.

 

 

Libro de párvulos donde aprendimos a leer. Debo decir que lo de “mi mama me mima, amo a mi mama” sí que lo recordaba, lo que no recordaba era lo de “tu moto te mata”, “mi tío bebe de la bota”, “papá tiene una pipa”, “la niña barre el patio”, “da un azote a su niño” o “el niño teme una zurra”. Menos mal, si no, estaría traumatizado.

 

 

Libro de Fichas de Lengua, para hacer las actividades aparte y no marranear el libro de texto, para que éste pudiera servir para los hermanitos (no como ahora). Con unos dibujos tan didácticos… Y por su puesto, en riguroso blanco y negro, elegante a la par que sobrio. Nada de ilustraciones y colorines que distrajeran nuestra atención…

 

 

Áquí, algún otro documento más, de los llamados serios (el ideario Marista y un tríptico del Carácter Propio de los HH.MM. del 86).

 

Y estos eran algunos de nuestros juegos.

 

A falta de videojuegos y consolas, nos entreteníamos con el Cine Exin o con este Cine Max. Y en vez de juegos violentos teníamos nuestros entretenidos y familiares juegos de mesa como los “Juegos Reunidos Geyper”, el kit de “Magia Borrás” o el “Xylomatic”.

 

También teníamos nuestro juego de construcciones “Exin Castillos” o el super “Escalextric” (el regalo estrella por Reyes aparte de la bicicleta plegable BH o similar…).

 

En vez de pokemon, gormitis y demás monstruos, nos divertíamos con los “madelman” y todos sus accesorios. Luego salieron los “geyperman”, que era más alto, más tieso y con barba (a mi me gustaban más los primeros).

 

http://www.rafaelcastillejo.com/cosas.htm Blog de cosas antiguas

nideasinmas.blogspot.com/2008_09_01_archive.html

 

 

 

Eduardo Pardillo Guerrero.
edupard2000@yahoo.es

 

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