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Discurso de Manolo Jiménez Pascual                         


 

ANIVERSARIO MARISTAS 83-84

 
Han pasado 25 años desde que terminamos en el colegio, y para muchos de nosotros hasta 40 desde que empezamos en Parvulitos en La Fuensanta. Cuando, desde ADEMAR, Rafa Melendreras nos propuso organizar este encuentro, ya sabíamos del éxito de nuestra promoción precedente y, especialmente, de la gran satisfacción que supuso el rencuentro con el colegio y los compañeros para todos ellos. Con esta motivación iniciamos la tarea de localizaros a todos, tanto los que terminamos COU como los que compartimos tantos años de patio y clase en La Fuensanta y La Merced. Vuestra respuesta ha sido impresionante, nos hemos reunido más de 200 y por algo será. Seguro que cada uno ha tenido su inquietud particular para venir hoy aquí pero en el fondo algo nos une a todos….y es el colegio. Cuando tuvimos la primera reunión vi a un compañero que supe seguro que había ido conmigo desde pequeño, aunque estaba muy desmejorado el pobre, habían pasado muchos años sin verle, no recordaba su nombre, se lo pregunté, se llamaba (y se llama, como él me dijo) Pepe, pero hasta que no me dijo sus 2 apellidos, Perez Lafuente, fui incapaz de recuperar la información de mi memoria histórica (nunca entendí la manía de llamarnos solo por los apellidos y que renunciáramos al nombre). En ese instante empezaron a aflorar recuerdos divertidos y a ser consciente de todo lo que nos unía y ya no recordaba (por cierto, gracias Pepe por los ratos tan divertidos que nos has dado en la comisión). Y es que alrededor del colegio hemos vivido gran parte de nuestra vida,… nuestra feliz e inocente infancia y nuestra terrible y desconcertante adolescencia. Hemos crecido con los Maristas cuando los hermanos llevaban sotana, lo cual nos impresionaba bastante (¿porqué tenían que ser tan negras?). Conocimos a Marcelino Champagnat como fundador de los hermanos maristas, lo dejamos como beato y ahora ya va por santo. Nos despertábamos en el frío mañanero con toda naturalidad oyendo el himno de España e izando la bandera del águila (sin saber realmente cuál era su significado, aunque hay que reconocer que eso de una, grande y libre sonaba bien),…y nos peleábamos en el recreo en la cantina por conseguir los bocadillos de sobrasada y de atún rebosante de aceite. Muchas de las fotos que están colgadas en la web, que tan magníficamente han hecho Antonio y Paco (gracias por vuestro tremendo trabajazo y tantas horas de tiempo gratuito dedicado para vuestros compañeros), muchas de las fotos, nos transportan a esa época…., las fotos del muro son geniales y las de la fila en el patio esperando para irnos de excursión nos muestran cómo cualquiera de nosotros podría haber sido Carlitos, el protagonista de “Cuéntame como pasó”.
Con todos vosotros aprendimos a leer y escribir, conocimos con D. Antonio las desaventuras del Quijote a ritmo de chasca (invento genuino marista), descubrimos que la Pretecnología no era una secta ni nada parecido (¿quién se inventaría ese palabro?), nos aprendimos los ríos, montes y cordilleras de lo que fue la península ibérica, y nos pasábamos las tardes por las papelerías comprando mapas del mundo y de España para colorearlos. Vivimos una alocada revolución tecnológica, del lápiz al bic, y del tiralíneas al Rotring (que maravilla dejar de cabrearnos cuando la gota de tinta del tiralíneas nos manchaba el dibujo en el último trazo y con la cuchilla de afeitar teníamos que rasparlo).
 
Indudablemente fuimos también víctimas de la represión de la época. ….aunque a otra escala….Cuando comíamos chicle se nos prohibía comer chicle, cuando jugábamos a las canicas se prohibían las canicas, cuando jugámbamos al churro, mediamangamangotero se nos prohibía el juego con peligro de expulsión (esto último algunos lo agradecimos, sobretodo los que íbamos a clase con Vicente Hdz Perez) y, por supuesto los canutos BIC con los mortíferos granos de arroz, proscritos bajo riesgo de excomunión.
Crecimos con los iconos de aquella época, iconos infantiles, claro. Nos reímos y aprendimos a cantar con Fofo y también lloramos cuando murió (…..el ¿cómo están ustedes? fue una arenga que hemos transmitido a nuestros hijos y que disfrutamos cada vez que lo gritamos),… además nos quedamos encantados cuando descubrimos que los payasos de la tele eran de color y nos lo habían estado ocultando tanto tiempo en blanco y negro (que mala leche había en aquella época). Disfrutamos en familia con Heidi, Pedro, Blanquita y Copodenieve sin entender cómo Heidi no se moría de frío viviendo donde vivía, durmiendo con la ventana redonda de madera sin cristal y de manga corta todo el día. Conocimos lo lejos que estaban los Apeninos de los Andes gracias a Marco y Amedio y no comprendíamos cómo su madre se había podido ir tan lejos haciendo que el pobre crío y el pobre mono se pegaran una paliza tremenda de aquí para allá. Pasamos por la cabraloca de Pipi Calzaslargas (casi nadie llegó a entender muy bien de qué iba aquello, sin padres, con dinero, sin pegar ni chapa ni ir al colegio). Luego dimos un salto sustancial, aparecieron las series americanas y alucinamos con los hombres de Harrelson y con Starsky y Hutch (que teníamos que ver casi a escondidas por los dichosos rombos).
 
Pero volviendo al colegio hay que reconocer que entre nosotros están los culpables de uno de los momentos trágicos de nuestra infancia (ya se intuía que la vida no iba a ser un camino de rosas), vosotros nos dijisteis que los RRMM eran los padres (todavía recuerdo mi respuesta de resistencia: cómo van a ser los padres si mi padre no tiene dinero para comprarme un Scalestrix, ….aunque también recuerdo con tristeza que quién me lo dijo ya no está con nosotros….., un abrazo Angel).
También hemos disfrutado de la piscina y del polideportivo (éramos la envidia de la región). Aún así habia cosas que no entendíamos (bueno lo de piscina libre sí). No entendíamos como nuestro profesor de gimnasia tenía la barriga que tenía y se empeñaba en que saltáramos el terrible y altísimo plinton sin que él moviera un solo michelin para explicarnos cómo se hacía (a día de hoy, todavía sigo pensando qué aportó el plinton en mi vida aparte de haber arriesgado mi futura paternidad una y otra vez). Tampoco entendíamos qué finalidad tenía en la piscina ese cubículo lleno de agua hasta los pies, a por lo menos 10º bajo cero, donde nos colocaban en fila, con nuestro minibañador, ateridos de frío, tras dejar el calorcito del vestuario y previo a tirarnos media hora haciendo cafeteras en el agua (si en vez de una piscina, hubiera una alambrada perfectamente podríamos aparecer en cualquier película sobre los campos de concentración judíos).
 
Pero el tiempo iba pasando, nos fuimos haciendo mayores, el acné hizo su aparición, el vello asomaba trágicamente en nuestros morros y……para muchos tocaba pasar al Malecón, aquel sitio tan lejano, tan lejano, tan lejano de Murcia, pero, a su vez, tan atractivo por su elegancia, misterio y su figura imponente sobre la huerta. Pero es que, ADEMAS, …….¡¡¡¡¡había chicas!!!!!!...y tuvimos que aprender a convivir con ellas, porque en este tema éramos bastante torpes, bueno, lo seguimos siendo, y en aquel momento los del despertar puberal precoz y los repetidores lo tenían más fácil que el resto y nos tuvimos que ir espabilando. Pese a todo al principio las chicas eran minoría, y no todos tuvimos la suerte de contar con ellas desde 1º de BUP, aunque cuando llegamos a COU vino una legión entera que nos hizo el curso mucho más agradable y emocionante. Pero el caso es que fuimos sufriendo la adolescencia como pudimos. En el colegio habíamos pasado de los hermanos con sotana a los hermanos jóvenes que nos daban collejas al estilo de Sole, la de 7 vidas, y nos enseñaban Jesucristo Superstar (¡¡¡ un abrazo muy especial desde aquí para Manolo Jorques !!!), habíamos pasado del catecismo y una religión férrea a una visión abierta y cercana de Dios y el evangelio. Convivíamos con el latín del H. Hilario y el ingles de Rosario y compañía. Jose Antonio, el Nene, defendía la Historia como estilo de vida, Pedro Sepúlveda nos acompañó desde La Fuensanta a la Merced y nos aguantó varios cursos sin desvelarnos el secreto de su eterna juventud. Y Demetrio, más conocido como el mediometro, nos hacía reflexionar sobre la razón y sobre si sólo sabíamos que existíamos o ni siquiera eso (en fin, cosas de la filosofía). El hermano Gaspar nos introdujo en el apasionante mundo del carbono, el hidrógeno y los enlaces covalentes. El hermano Gabriel se empeñó en que nuestro padre viajara en tren aunque ¡ con Ibbberrria ya habbbrrría llegado!, paradojas de la fonética y la publicidad (eso sí , salpicadas con gotitas de saliva). Pasamos del Conesa, ese profesor de gimnasia orondo de la Fuensanta, al 6 pelas, que nos hizo sudar de lo lindo y nos enseñó quién era el ilustrísimo Sr. Muñoz,….. dichosa la hora en que a alguien se le ocurrió hacerle un busto a ese señor (por cierto, seguro que en el cielo tiene a los ángeles más cachas que a Bruce Lee, ….otro abrazo desde aquí). Nos introdujimos en el oscuro mundo del sexo a través de nuestros maestros repetidores o compañeros aventajados, y nos reíamos de los chistes verdes y bromas obscenas sin entender exactamente las escenas y conceptos que se utilizaban (menos mal que al poco apareció la doctora Ochoa). Por cierto, el hermano Abilio fue el primero que, de forma sorprendente, nos habló de sexualidad en EGB y este año acaba de volver como superior de la comunidad de Murcia y mientras ultimábamos la preparación de este evento ha tenido una grave enfermedad de la que se está recuperando y desde aquí le mandamos todo nuestro ánimo.
Vivimos ataques terroristas cuando no existía Al-Qaeda, bueno, mas que nosotros lo vivió el hermano Hilario (para más información consultad la página web), vivimos inundaciones del Segura en las que los que hicieron novillos fueron felicitados por el director por haber hecho labores humanitarias de rescate. Vivimos el 23-F esperando ver aparecer los tanques por el Malecón sin que al final sucediera nada, salvo los que se tiraron al suelo (los de las Cortes y los que teníamos deporte esa mañana). Vivimos la decepción del Naranjito en el mundial del 82 pero ahora disfrutamos con nuestros hijos de los éxitos de la selección.
 
Bueno, en resumidas cuentas, como decía mi tía abuela, que en el colegio hemos crecido y madurado, hemos vivido experiencias buenas y malas, hemos tenido profesores y hermanos maristas magníficos y nefastos pero sobretodo hemos crecido. Hemos crecido en altura,… en anchura,…. en valores,…. tanto humanos como religiosos,….y hemos crecido en AMIGOS, y buena prueba de ello es este salón.
Han pasado 25 años, las chicas estáis estupendas, mejor que nunca, los chicos intentamos mantenernos como podemos, las caras de sorpresa de hoy nos delatan (y si no que se lo pregunten a Jose Luis Belmonte cuando después de una hora reunido con Antonio Celdrán, sin reconocerlo, tuvo que preguntar en voz baja que quién era ese del ordenador). Por todo esto y más, si hoy estamos aquí es para rendir un tributo a nosotros mismos, rendir un tributo a nuestra generación y rendir un tributo al colegio y a todas las personas que nos han acompañado en este camino colegial, nuestros padres, hermanos maristas y profesores, y a Marcelino Champagnat, por la genial idea que tuvo…..gracias a ellos han hecho que seamos hoy lo que somos…
 
GRACIAS A TODOS Y A PASARNOSLO MUY BIEN
 
Manuel Jiménez Pascual
 
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